lunes, 24 de enero de 2011

The wedding present. Seamonsters (1991).

Empecé mi historia de amor con la música escuchando a lo Beatles y A J.M.Serrat. Tenía once años. Luego vino la fiebre heavy, el punk y el afterpunk, más cantautores, me abri de nuevo al pop, continué buscando y, de repente, mi noción de música cambió. Fue al encontrarme con grupos a los que no podía clasificar en ningún género, cuya música no podía guardarse en ningún cajón concreto; grupos que habían hecho de la música su camino individual, sólo el suyo. Me recuerdo en mi casa una tarde frente a la tele viendo Plastic. Pusieron una cancióm que se llamaba Brassneck de The wedding present. ¿Qué eran? Sonaban furiosos y rápidos como el punk, pero melancólicos y dolidos como el pop más dulce. Furia y melancolía. Sonaban como yo sonaba en ese momento.
El disco que hoy os presento se llama Sea monsters (1991) y es para mí el mejor de mis amados The wedding present. Liderados por el cantante y guitarrista David Gedge, el disco es la apoteosis del pop, de la melodía pegadiza e inolvidable. Si lo escucháis, os preguntaréis quizá dónde está el pop. El vocalista no tiene una voz especialmente dotada (a veces incluso chilla y desafina), son ruidosos y acelerados, a menudo repetitivos y, en ocasiones, suenan sucios y distorsionados, Sí, todo esto es verdad, pero detrás de esta forma punk, late la sensibilidad de las buenas melodías. En otras palabras, las canciones nacen destinadas a cantarse, a corearse, a bailarse, a saltar. Euforia y melancolía, dulzura y dolor, rabia y amor. Mucho amor, las letras de The wedding present están plagadas de amor y, sobre todo, desamor.
   El disco está repleto de temazos; algunos, himnos de la música independiente( Dare, Blonde, Corduroy, Heather, Octopussy) y presenta a la que fue mejor formación de la banda (atención al batería), que además contó con la producción de un mito de la música independiente, Steve Albini. Octopussy es el perfecto resumen del espíritu del disco: empieza pequeña, sutil, liviana, con una guitarra frágil y una batería seca, precisa y contenida; poco a poco,en un crescendo imparable, evoluciona hacia la explosión exaltada para acabar de nuevo en una plácida calma hasta apagarse débilmente. Extremos en continua unidad, como nuestras vidas. En fin, me pongo trascendente. Os aconsejo escuchar Sea monsters y también otoros discos de The Weddind present (Bizarro, Hit parade 1 o Take fountain).

Aunque he tardado, aquí estoy, y para quedarme un buen rato. Todos los viernes voy a intentar contaros mis experiencias con un disco. El próximo será La luz en tus entrañas de los Surfin' bichos, grupo desconocido pero capital en la música española reciente.

2 comentarios:

  1. Por fin he tenido un rato para escuchar el disco de Seamonsters, y la verdad, me ha sorprendido. El grupo tiene en general un sonido distorsionado y la voz del cantante me ha resultado extraña, pero aún así suenan muy melódicos.
    No estoy muy segura de qué esperaba encontrarme al escuchar este grupo, pero me han gustado bastante. Muy buen aporte, Paco.
    Saludos!!

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  2. Me alegro de que te haya gustado, Mónica. Escúchalo más veces, la primera, desconcierta porque es música muy diferente a lo que habitualmente se escucha.La voz no es técnicamente perfecta,pero es personal,tampoco se parece a ninguna otra.

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