sábado, 5 de febrero de 2011

Verano Fatal.

Por unas cosas y por otras, he tardado demasiado en escribir mi primera entrada. Quería hacerlo antes, y sobre Iggy Pop, pero la mañana del domingo al levantarme y escuchar este disco me vino la inspiración. Lo puedo escuchar un montón de veces seguidas en una tarde, sin parar y sin cansarme.

Surge en 2007, de la unión de dos cantautores españoles: Nacho Vegas y Christina Rosenvinge. Él, de Gijón y ella, de Madrid y origen danés e inglés. Lo descubrí gracias a Spotify, una gran manera de descubrir y escuchar nueva música. Rosenvinge estuvo vinculada a la música desde la adolescencia y ha estado relacionada con artistas de la Movida Madrileña y los miembros de Sonic Youth. Ha grabado tanto en español como en inglés. Vegas tiene tres discos en solitario y una gran cantidad de EPs. Ha participado en varios grupos y ha grabado también con Enrique Bunbury. Sus letras y música tienen una gran carga emocional, plagadas de crisis personales y demás.

Este mini-disco está compuesto por siete canciones, contando una historia de desamor con su sufrimiento y reencuentros.

La primera canción es Me he perdido, con su: Pensando: "¿es esto lo correcto o no?", así que hice '¡chas!', y aparecí a tu lado (referencia a la canción de Rosenvinge de: Hago ¡chas! y aparezco a tu lado).



"Porque solo es pensar en ti y acabar perdido, porque siempre cuando pienso en ti me pongo perdido."

Le sigue Humo, un poco más oscura en su ritmo y música, a mi parecer.



"No sé nada de ti, no sabes nada de mí."

Después, está Verano Fatal. La primera que descubrí y da nombre a este disco. Lo primero que me atrajo al escuchar la letra (tras haberme fijado en la música) fue la frase de: "Hacer siempre lo incorrecto es una forma de acertar".




"Y hablamos del amor, pero es la hora del adiós."

En cuarto lugar, está Ayer te vi. Reencuentros inesperados: "Ayer te vi, ibas con el pelo mojado. Te reconocí a pesar de lo que has cambiado por tu forma de andar deprisa sin dejar de mirar tus pies, con cara de preocupado. No consigo entender por qué me importabas tanto. Ayer te vi en el metro de Noviciado. Qué distinto estás del recuerdo que has dejado. El tacto de tu piel hace ya tiempo que desapareció en la oscuridad del pasado, ahora sabes que ya no puedes hacerme daño".



"Nunca fuiste muy valiente. Hiciste muy bien, ahora estoy armada hasta los dientes."

Luego sigue No pierdes lo que das.



"Era el final de otro verano. Nos fuimos a andar, me dio la mano, y quise dormir entre sus brazos. 'Tu sitio está aquí', me dijo despacio, no pierdes lo que das.

Ya como un preludio del final está Que nos parta un rayo (referencia al disco de Que me parta un rayo, de Rosenvinge). "Me pregunto dónde estarás. Me pregunto por qué no estás aquí, si me haces falta porque una guerra va a estallar..."

"Y duelen las horas en la oscuridad. Y fumo diez mil cigarrillos y sé que mi voz quebrarán. Y rezo y voy dibujando en ceniza una cruz. Que súbitamente caiga un rayo y se haga la luz."
Por último, con el término de Que nos parta un rayo, va No lloro por ti. Lenta, dulce y triste, dando fin al "mini-disco".
"No lloro por ti. No lloro por ti. Lloro por lo mucho que quería este momento. Aquí estás, tú de rodillas, y me importas un pimiento."
¡Yo creo en la música!

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